LA BIBLIOTECA POPULAR BELLA VISTA PARTICIPÓ EN LA FERIA DEL LIBRO (La Posta revista, 2015)


La céntrica plaza San Martín se vistió de Bella Vista. Era viernes a la siesta con solcito primaveral cuando todo invitaba a la Jornada Cultural Barricada Creativa que año tras año lleva a cabo la Biblioteca Popular Bella Vista de la mano de la fundación Pedro Milesi, junto a Susana Fiorito y sus colaboradores. La biblioteca está cumpliendo 25 años de aporte incansable y sostenido a esa popular barriada de Córdoba. Con el marco de una radio abierta, exhibían orgullosos los trabajos de los talleres que dicta la biblioteca. En uno de los tantos carteles se leía “Bella Vista lee y escribe, habla y escucha, no dejará de volar.”

A sus 86 años, Susana Fiorito -porteña pero cordobesa por elección- sigue apostando a la promoción de la lectura y la cultura. Es como un duende inquieto e inspirador de tantísimos quehaceres culturales. Es una referente indiscutida y respetada en su barrio. Fomenta junto a su gente la conciencia barrial, social, la participación y el sentido de pertenencia.

Los talleres que se dictan son de cocina, huerta comunitaria, tejido, carpintería, serigrafía, costura, murga, expresión corporal, computación. Cuenta también con una orquesta llamada Buena Onda y los niños comparten la salita Mundo Mágico (son los poemáticos). Ya en la época estival esperan ansiosos la escuela de verano, que cada febrero cierra su temporada con un gran desfile de carnaval donde chicos, jóvenes y adultos confeccionan allí sus disfraces. También hay un equipo de consulta para problemáticas familiares, vecinales y adicciones, un servicio que brinda orientación a los vecinos que lo requieran. “Es un espacio multiplicador de encuentros.” Un 30 por ciento de los talleristas son del barrio, asistieron a la biblioteca cuando niños y hoy continúan brindando servicio a su comunidad. “Cuando decidimos con Andrés (Rivera) venir a Córdoba buscábamos un barrio cercano al centro pero que no tuviera centro cultural, un lugar donde hubiera un agujero, donde la gente quisiera tener y no pudiera. Y así llegamos a comprar este lugar que era un depósito de forrajes, en medio de barrio Bella Vista, un barrio muy cercano pero al mismo tiempo muy aislado, con muchas necesidades pero fundamentalmente sin ningún servicio cultural”, cuenta Susana.

Empezaron con 400 libros y hoy ya tienen 25 mil volúmenes catalogados para niños y adultos. “La desocupación hace que la gente pase necesidades, busque la forma de salir adelante y empiece a mirar qué hay a su alrededor”, explica Susana. Cuando tenés una biblioteca que te ofrece más de 15 talleres, 25 mil libros y una oreja siempre puesta en el suelo para sentir lo que pasa y por qué pasa, es ahí donde se produce el encuentro y su efecto multiplicador.”

Esta mujer sueña con hacer realidad el proyecto de la pileta para la escuela de verano (hasta ahora realizan esta actividad por medio de convenios en piletas de otras instituciones). Cuentan con dos lotes y están buscando financiamiento para la concreción del mismo. En estos 25 años de trabajo dice que el balance que hace es la “satisfacción de ver a toda esta gente que vio en la biblioteca la manera de encontrarse y poner sobre la mesa las cosas que le preocupan, que le duelen, que le molestan. Y poder hacerse cargo de ellas, proponer soluciones y ver la mejor manera de sortear la situación.”

Y concluye: “La lectura es el mejor instrumento para crear conciencia social.”

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